Cuando me asomé a la ventana del hotel a lo lejos se veía un pueblo blanco.
Le pregunte a Marie que era, y me dijo Le Racou.
Allí que nos fuimos.
A través de la ventana se ve el mar.
No entramos porque parecía que era mas bien
un bar para tomar vinos.
Hay muchos locales de Thé y Glaciers como llaman ellos a los helados.
Yo queria tomar el té pero era domingo y estaba cerrado.
Pasamos por la puerta del bar y de repente
nos encontramos con la arena y el mar.
Hacia una tramontana de miedo y había oleaje,
pero a pesar de ello un señor mayor se
bañaba y algunas personas tomaban el sol.
Continuará….