Era nuestro aniversario, hacía  3 años que Miguel y yo vivíamos juntos. El sabe que adoro los hoteles, y me preparó una experiencia increíble en el Hotel Arts.

Entramos en el Six Senses Spas Hotel Arts, y después de hacernos unos masajes, disfrutamos de todo el Spa, salimos a la terraza en albornoz, ver desde arriba el cielo y el mar era una gozada, un paisaje increíble. Sobre todo desde aquella altura. Después de lo mas relajados, nos fuimos a comer al restaurante Arola.

Y este fue el fascinante menú…

Menú Arola Barcelona

Carpaccio de cigalas, naranja y vainilla.

Ensalada de centollo y buey de mar.

Sardinas marinadas con berenjena ligeramente ahumada.

Lacas de presa iberica, pistacho, manzana y queso Idiazábal

Corte de foi con pan de especias.
Canelones de aguacate, gamba y jengibre.

Cuajada de erizo de mar, panceta y chicharrones.

«sus» patatas bravas.
 Cuando vi los platos que llevaban pétalos me encantaron y dije…
Me enamorado del cocinero sin conocerlo. De repente  me dice Eduard Arola…Aquí tienes al cocinero díselo, y se acercó a la mesa el Chef Ismael Alonso.
Le dije que me había gustado mucho la comida en general y su presentación. Que se notaba la sensibilidad y delicadeza en los detalles de cada plato.

Bacalao, salpicón de hortalizas y suero.

Lo que menos me gustó fueron los gnocci al pesto.
El menú constaba de dos postres.Momento dulce 08, y el otro  La Leche.
Un Semifredo rebozado con melocotón deshidratado, helado de yogurt, crema de menta y melocotón.
Petit fours y cafés.
Por cierto… Eduard Arola tiene un «postre» él le llamó así. Rubio y con ojos azules llamado Dorian, que es una delicia. Osea su hijo(risas).
Alguien que me encantó,  Luzmila la camarera, tenía profesionalidad, simpatía y dulzura increíbles.
En cuanto a vinos, Miguel cuando conduce no bebe, pedí un Rioja y lo dejé a la elección del sumiller.
Después una experiencia única, un paseo por la cocina, blanca , limpia y diáfana, organizada, en una palabra espectacular!!!
Felicidades a todo el equipo, sin ellos nada es posible.
Fue una experiencia única, ya que solo entrar en el Hotel Arts, te emociona todo.