Estaba loca por ir a un restaurante de los que cocinan con flores.
Y como podeis ver, solo hay que desear las cosas para que sucedan.
El restaurante sigue en pie para ir cualquier día.
Pero mi impaciencia no ha podido resistirse a comprar estas violetas y rosas.
Y he decidido comerla en casa.
Esta noche me he puesto manos a la obra,
y ha quedado deliciosa y espectacular.