Restaurante Can Vinyers,

Quizás pensamos que no podemos comer en restaurantes al aire libre, rodeados de arboles y flores, donde el aire es menos contaminado, pues si, siguen existiendo. Aquí os traigo la prueba.

Los locales de moda están en medio del bullicio de las grandes ciudades y se nos olvidan los lugares encantadores al aire libre.

Desde niña con mis padres, de casada con mi ex marido y después con amigos, hemos ido a comer o a cenar a las típicas casas rusticas llamadas Masía.

Can Rectorect,Can Font, Can Canyemeres, etc.son las que recuerdo cerca de donde nací yo, Sabadell.

Desde que me fui a vivir a Barcelona, solo había vuelto a comer en una masía, como unas 6 veces, quizás porque estaba saturada de ver siempre el mismo tipo de construcción. Me apetecía ver cosas diferentes y modernas.

Hacia unos dos años que Carmen nos hablaba de lo bien que se comía en un restaurante, pasaba el tiempo y nunca íbamos a comer, pero por fin todo llega. Hace unos meses fuimos allí.

En un espacio singular a los pies del Parque Natural de Sant Llorençs, esta situado Can Vinyeres.

Para los que no conozcáis la zona, esta en Matadepera, cerca del Club de golf la Mola. A unos 20 minutos de Barcelona.

«Un día me permití decirle a un chef que hay que cocinar con pasión»

Con pasión, con ganas, y amor a los fogones es como cocina Edgard, claro que él tuvo muy buenos maestros.

Nos cuenta Edgar:

Ofrecemos una cocina actual y creativa, conservando no sólo los productos autóctonos sino también los gustos de los platos tradicionales, a los que damos un toque creativo y sugerente. Es una cocina sobria pero esencial, generosa, equilibrada, auténtica, sensible, estacional.

Con propuestas arraigadas al entorno natural que nos rodea, nuestra oferta se basa en el respeto por las temporadas naturales de los alimentos y en la recuperación de variedades autóctonas y tradicionales, trabajando codo en codo con pequeños productores de proximidad.

Nuestra filosofía nos orienta a elegir productos con garantía ecológica, silvestres y salvajes dando también apoyo a iniciativas de comercio justo.

Edgar González Martino, es la piedra angular de este proyecto familiar. Formado en la prestigiosa Escuela Hoffman manifiesta su amor por la cocina en sus creaciones. Después de haber perfeccionado su estilo haciendo estancias en restaurante de renombre como Drolma, St. Remy, Cap Sa Sal y Azul, entre otros, ofrece ahora una cocina que parte de la tradición, del respeto hacia los productos y se reinterpreta para llegar al perfecto equilibrio entre lo mejor de ayer y de hoy.

Christian Martino es el Alma de la sala, la cara visible y amable. Abandonó su carrera bancaria para dedicarse en cuerpo y espíritu a su pasión, pasando de ofrecer productos financieros a creaciones gastronómicas, todo dando a sus clientes un trato profesional y cercano, sencillo y elegante, respetuoso y familiar.

De primero nos trajeron unos aperitivos deliciosos

De segundo pedí un arroz que estaba increíble, fue una buena idea comer un arroz caldoso con bacalao, me transporto a mi infancia, cuando mi abuela hacia el arroz con bacalao, estaba muy sabroso.

Las butifarras que suelo probar con setas en otros lugares, me decepcionan, ya que no saben a nada, pero esta butifarra estaba increíble, una carne de primera con un sabor de setas delicioso.